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Guachinango

Posted by mayo caro at May 4, 2019 5:00PM PDT ( 0 Comments )
GUACHINANGO NOMENCLATURA Denominación Guachinango Toponimia Su nombre proviene del náhuatl y significa “lugar cercado de árboles“. Escudo Los elementos representados en este escudo son: jeroglífico náhuatl del topónimo Cuauhchinanco (Guachinango); jeroglífico náhuatl del oro; campo de fondo color amarillo; bordadura en color azul en la cual está inscrita la palabra GUACHINANGO, en letras de color blanco; listón en color rojo, este listón rodea hasta la mitad al escudo, en cuyas esquinas lleva una ondulación; timbre, perspectiva del Templo de Guachinango, en color blanco. Cada uno de estos elementos tienen el siguiente significado: El jeroglífico náhuatl del topónimo Cuauhchinanco, se compone con elementos que aparecen en el Códice Mendoza o Mendocino, en el cual la representación del árbol – Cuáhuitl – es en forma semejante al natural, dividido en tres ramificaciones con tallo y ramas en color café y hojas en color verde degradado. Se compone de dos árboles, ambos tocándose apenas en sus ramificaciones centrales y dispuestos en el jeroglífico Chinámitl que es en forma rectangular dividido a su vez en otros cuatro rectángulos pequeños, dos de color amarillo y los otros dos en color violeta-café (tierra), en los cuales se encuentran ocho surcos representados esquemáticamente como letras “c” inversas. Los dos árboles del jeroglífico se encuentran unidos por dos figuras tomadas del Códice Nuttall, de forma irregular y en color ocre y sus terminaciones en dos puntas, las cuales recalcan la idea del lugar cercado. Bajo el jeroglífico Chinámitl se encuentran las dos raíces en color rojo de los árboles, según el Códice Mendoza. El jeroglífico náhuatl del oro, se compone de dos óvalos alargados, en color oro, y puestos en forma de cruz. Ambos óvalos llevan una línea transversal que los divide en dos en su mayor parte. En cada uno de los cuatro espacios de la figura cruzada, se encuentra un pequeño círculo, también en color oro y con su interior abierto. Se encuentra éste jeroglífico dispuesto bajo las raíces de los árboles, representando con ello a los grandes y valiosos yacimientos de minerales que se encuentran en la comprensión de este territorio. El campo de fondo en color amarillo, representa el sentido heráldico de favor, protección y pureza de sentimientos de los habitantes de este pueblo. La bordadura es en color azul representando con este color el sentido de justicia, lealtad, verdad y serenidad de los moradores de esta tierra. En esta bordadura está inscrita la palabra GUACHINANGO, en color blanco representando su integridad y firmeza. Las letras que componen la palabra, todas con mayúsculas y de tipografía en perspectiva con gran acercamiento a grecas prehispánicas. En el listón rojo que rodea la mayor parte del escudo, se encuentra la divisa del significado del vocablo náhuatl “Cuauhchinanco”: LUGAR CERCADO DE ARBOLES, en letras mayúsculas y de color negro. El color rojo del listón representa la fortaleza y valor de los guachinanguenses. El escudo tiene como timbre – parte superior, remate – una perspectiva de la fachada del Templo Parroquial de Guachinango, con una triple alusión: 1. - Este edificio es la más antigua construcción que existe en la población. 2. - Su imagen – del Templo – está tan familiarizada con todos los habitantes, que se considera un símbolo. 3. - Indica la religión que ha profesado este pueblo desde su fundación. El escudo fue oficializado por el H. Ayuntamiento de Guachinango, Jal. , durante el período 1986-1988, en sesión ordinaria de Cabildo, celebrada el día 30 de septiembre de 1987. HISTORIA Reseña Histórica Epoca Prehispánica En la antigüedad, Guachinango fue un señorío independiente establecido en un lugar distinto a donde se encuentra en la actualidad, posiblemente cercano al rancho denominado hoy Guachinango o en la cima y faldas del cerro de San Francisco. Fue un centro que desarrolló sus propios recursos y tuvo que aprender los adelantos que se realizaban en otras partes. Cultivaban el maíz, el frijol y la calabaza; usaban la coa para sembrar; fabricaron vasijas y artesanías; tenían creencias y ceremonias religiosas y prácticas funerarias. Sus casas las construían de troncos y varas que recubrían de lodo y techaban de zacate. La parte norte de la actual jurisdicción municipal, sobre todo la comprendida en la ribera del río Ameca, estuvo habitada por pueblos de la cultura denominada de las “tumbas de tiro”, con su característica de las cámaras sepulcrales. Hablaban el náhuatl. Sus relaciones con los pueblos vecinos no fueron pacíficas y sostenían frecuentes guerras. Epoca Colonial El primer contingente conquistador que llegó a Guachinango fue el del capitán Francisco Cortés de Sanbuenaventura, hacia 1526. Después, Nuño de Guzmán, arrebatando a Hernán Cortés sus conquistas, nombró en 1535 a don Pedro de Ulloa como primer encomendero de Guachinango y su provincia. Posteriormente, fueron encomenderos del lugar don Francisco de Estrada y don Luis de Ahumada. Por más de 80 años, la fundación de Guachinango giró en torno a un documento falso que contribuyó a la confusión y a la mentira. Guachinango no fue fundado el 8 de diciembre de 1533 como asienta el “título” apócrifo. Su fundación española- si es que la hubo- fue posterior a 1543, tal vez en 1544 o 1545. Lo más probable es que se inició como uno de los 215 reales de minas que serpenteaban en 1550 la enorme Provincia y Minas de Guachinango. El descubrimiento de las primeras minas se debió al capitán Juan Fernández de Híjar por indicaciones de Cristóbal de Oñate. La Alcaldía del Real y Minas de Guachinango abarcó durante toda la época colonial los territorios que hoy comprenden a los municipios de Guachinango, Mixtlán, Atenguillo, Talpa y Mascota en Jalisco y Amatlán de Cañas, Nayarit. Los primeros religiosos que evangelizaron en este lugar fueron los franciscanos, entre otros, Fray Francisco Lorenzo y Fray Andrés de Córdoba. Después, hacia 1548, se nombró al primer clérigo o cura beneficiado, convirtiéndose en parroquia. Durante toda esta época, el Real y Minas de Guachinango, fue uno de los productores de plata más importantes de la Nueva Galicia. Siglo XIX Durante este siglo, Guachinango siguió figurando como importante centro minero. Al iniciar la guerra por la Independencia, fue muy notoria su participación a favor de la causa insurgente hasta llegar a la destitución de su Subdelegado Don Gabriel Murillo, por haber ayudado con dinero al Cura José María Mercado. Un acontecimiento importante para la vida religiosa del lugar, lo constituyó el arribo y bendición de la nueva imagen de Nuestra Señora de la Purificación – llamada entonces de la Candelaria – el 1° de febrero de 1880. Esta hermosa imagen patronal, fue realizada en Guadalajara, según el Canónigo Luis Enrique Orozco Contreras, por el escultor Victoriano Acuña. Ya para finalizar el siglo, el 7 de mayo de 1885, Guachinango fue elevado a la categoría de Municipio, según el decreto número 136 del Congreso del Estado de Jalisco. Siglo XX En esta centuria, Guachinango cambió a grandes pasos. Inició el siglo acorde con la paz y el orden porfirianos imperantes en todo el país. Después, la Revolución de 1910-1917 trajo a Guachinango envuelto en la vorágine revolucionaria. Durante estos años, es tristemente recordada la fecha del 27 de mayo de 1914, cuando ocurrió el incendio de la población por el guerrillero Ignacio Soto y sus huestes, que además raptaron a un número considerable de jovencitas. Esto y la promesa de volver a acabar con el pueblo, dio origen a la tradición religiosa denominada “ Las Coronas “ iniciadas en 1915 por el señor cura Don Bibiano M. Mena. En 1926-1929 Guachinango vuelve a participar, ahora en la “guerra cristera”, con algunos enfrentamientos contra el gobierno, como el del 17 al 21 de marzo de 1928 que culminó con la muerte de un aguerrido cristero: Jesús Ramírez Martínez. Después, en 1929, el martirio de su párroco señor cura Don José María Galindo, acaecido en Mascota, Jal. La minería, en la década de los veinte, tuvo un pequeño despertar. Los mineros, extranjeros la mayoría – Don Julio Flebbe, Don Guillermo A. Burr – quisieron con sus compañías, iniciar el resurgimiento de la minería, pero con el advenimiento de la “guerra cristera” todo terminó. Los años treinta y cuarenta se distinguieron ya por la estabilidad. Los ayuntamientos, ya sin temor, fueron más organizados y se preocuparon por la educación, por contar con oficinas propias, por la introducción del agua potable. Luego, al iniciar los años cincuenta, el pueblo se maravilló con la acción de su párroco Don José del Refugio Hernández Guerrero: el templo quedó transformado en una construcción blanca forrada con pedacería de porcelana. Se construyó un Centro Escolar en 1964, luego un Centro de Salud; la luz eléctrica llega en 1968. A principios de los ochenta, un nuevo resurgimiento de la minería, ahora con la mina “El Barqueño” una de las minas de oro más importantes del país y que levantó tanto revuelo; en 1983-1985 se edifican la Escuela Secundaria y la Unidad Deportiva y se funda una Biblioteca Pública. En 1987, se inaugura el servicio telefónico. La carretera, el sueño, se convierte al fin en realidad, en marzo de 1992. El establecimiento de la Misión Cultural N° 163 en el período 1992-1995 trajo consigo un despertar en la cultura. En este mismo lapso se remodeló la plaza principal y, el 30 de enero de 1994, se inauguró el “Museo Histórico de Guachinango”.

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